Semiótica de la Visión

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Semiótica de la Visión

Sobre la obra expuesta por el fotógrafo Rogelio Lopez Cuenca en la Galería Juana de Aizpuru de Madrid ( http://www.juanadeaizpuru.com/ ), durante Enero y Febrero de 2008, titulada “Le Partage”, y la correspondiente crítica realizada por Miguel Cereceda.

Teoría general de los signos aplicada a la ‘Visión’ y la representación de ello en la obra fotográfica.

“Unas son, en efecto, las cosas que se nos dan a ver, otras las que se nos permite ver y otras, por último, aquéllas que se nos fuerza a ver. La televisión, la publicidad, la Historia del Arte o la pornografía constituyen repertorios visuales de este tipo. Todas ellas, sin embargo, ocultan otras cosas que no podemos ver, que no queremos ver o que ideológicamente desaparecen de nuestro ámbito de representación.

Aunque lo visible es tanto lo monstruoso como lo desagradable, tanto lo inmoral como lo inhumano, y aunque ello esté tan presente en nuestra mirada como lo gratificante y placentero, pensado desde una política de la visión, sigue siendo cierto que uno no puede ver lo que no puede ver.

Esta elemental reflexión le sirve a López Cuenca para desplegar una estrategia de actuación sobre lo visual en la que la imagen es deliberadamente cargada de un suplemento político que la imposibilita para cualquier contemplación ingenua o meramente placentera.

Las seductoras imágenes de los anuncios, del cine, las pornográficas, con las que nos deleitamos acríticamente son contrapesadas deliberadamente con otras imágenes, igualmente sacadas de la Prensa, de la publicidad o de Internet, generando una implosión semiótica que no sólo destruye toda gratificación en el espectador, sino que incluso fuerza a una lectura crítica.

Lo que López Cuenca hace no es más que desactivar imágenes a las que estamos acomodados, contrapesándolas con otras de sentido contrario a las que por desgracia estamos también acostumbrados, generando con ello una corrosiva descomposición de ambas.

De este modo, el espectador se ve forzado a reconsiderar todo el sistema (el publicitario, el artístico, el político y el pornográfico) y a desarrollar su propia estrategia perceptiva, a partir de esta desconfianza con respecto a lo visual.

Ahora se acerca al lenguaje visual tratando de desentrañar sus códigos, para mostrarnos deliberadamente que lo que se nos da a ver oculta bajo sí aquello que no vemos, porque no podemos verlo.”

“Qué se ve, qué se muestra, qué se exhibe… o, lo que es lo mismo, quién habla, quién tiene la palabra, qué se percibe como lenguaje, autorizado, cargado de sentido y qué como mero ruido… quién mira y qué es mirado.”

No es cuestión de estar constantemente ejerciendo de crítico de arte, sino de ser consciente de lo que nos pretenden ‘vender’ con los mensajes, sean publicitarios, artísticos o de ‘entretenimiento’ , de no olvidar que seguramente no podemos ver lo que realmente está detrás, lo que pretende el sistema, que el conjunto siga siendo un bloque rentable, en su mayoría.

Como hablaba al comentar sobre la textura, la forma y el espacio, hay que ser capaz de aportar a lo que se está contemplando, y ahora se trata de sumar una parte crítica sobre lo que vemos o sobre lo que pensamos que vemos, para poder llegar a ver lo que no podemos ver.

Tenemos que poner de nuestra parte la compensación que equilibre lo que las imágenes nos ocultan o imponen, no por bellas, repetidas o ‘fashion’ hay que aceptarlas como la ‘realidad’.