Y en tus labios
Mi mano sujetaba tu aliento
mientras respirabas abandonada,
suave,
como el calor que despedíamos.
Te volví a besar despacio,
templado,
donde funde la pasión,
y, lentamente, apareció en tus labios,
en un amanecer como de miel,
mi quiéreme.
Tertulias de antaño: Proust en viñetas
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*[Portada de la adaptación de Stéphane Heuet y al otro lado los datos sobre
el autor y la frase: “Las mujeres guapas son para los hombres sin
imaginac...
Hace 4 días
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